De la Insatisfacción a la Alegría
Vivimos en una rueda de pensamientos constantes, que nos agota, nos genera insatisfacción, nos secuestra de la realidad. Esto es lo que DE VERDAD, NO NOS PERMITE DISFRUTAR DE LA VIDA.
Insatisfacción
Y porqué nos agota??? porque los pensamientos constantes repetitivos no suelen decir ¡Qué bien estoy! ¡Cómo me gusta este momento! ¡Qué afortunada me siento! Una cosa que habrás podido observar es que cuando estás bien, tranquila y a gusto no piensas mucho… sólo sientes.
Los pensamientos repetitivos son un exceso de activación de nuestra corteza prefrontal. Esta parte del cerebro es la más nueva y es la que nos permite ser creativos, encontrar nuevas formas de hacer las cosas, superarnos…en fin, resolver problemas.
La dificultad es que cuando está demasiado activada pierde esta parte creativa y empieza a observar las cosas cotidianas de la vida como si fueran un problema a resolver. Empiezo a vivir cosas como ir a hacer la compra, llegar a mi lugar de trabajo, o quedar con una amiga como si fueran problemas y allí surge la insatisfacción.
Imaginemos lo que significa vivir el hecho de ir a comprar viviéndolo como un problema como sería: antes de ir al súper repaso varias veces lo que necesito para que no se me olvide nada, salgo pensando en todo el tráfico que voy a encontrar, me enfado si al llegar no tengo moneda para el carro, me agobio si me parece que hay demasiada gente en la cola porque tardaré más de lo que quería, etc, etc.
En realidad, no me está pasando nada, no hay ninguna situación difícil que resolver, pero mi mente está en el bucle pre-frontal, observando la vida como un problema constante y, por supuesto, hace que me sienta ante cualquier actividad inquieta, estresada e incómoda.
Si esta es mi forma cotidiana de vivir mi día a día, aunque aparentemente yo tenga una vida equilibrada y feliz, viviré en la insatisfacción y la queja y cuando le cuente a alguien que fui a comprar, se lo explicaré como si fuera una mala experiencia, porque en definitiva así es como yo lo he vivido. Cuando en realidad, repito, no estaba pasando nada.
Seguro que muchos y muchas de nosotros reconocemos que pasamos mucho tiempo mental con este tipo de pensamientos y emociones, ¿Qué podemos hacer para cambiarlo?
Meditar
Meditar nos ayuda a elegir en qué emoción queremos estar y desarrollar la conciencia de observador.
En la práctica, hacer una meditación guiada significa: Tomar un tiempo todos los días para sentarse, conectar con el cuerpo -el hogar de nuestras emociones-, sentir el flujo de nuestra respiración, visualizarme en mi mejor versión, generar el estado emocional en el que quiero estar, etc.
Este entrenamiento permite que desarrollemos varias capacidades que normalmente no nos han enseñado:
Seleccionar lo que quiero pensar
Muchas veces escuchamos nuestro diálogo interior, incluso podemos ir hablando solas con nosotras mismas por la calle… pero estamos tan entregadas a estos pensamientos que no nos paramos a pensar si son verdad, si me está sentando bien lo que estoy pensando, o si es útil para mí pensar en esto (¿Me ayuda a resolver un problema?). Simplemente estoy escuchando ese disco rayado que me secuestra de mi realidad presente – allí donde se encuentra el bienestar- y me lo trago todo, como si estuviera viendo una película que, primero la veo y luego, me meto y soy la protagonista…
Muchas veces nos gustaría dejar de pensar todas esas cosas, dejar de comernos la cabeza, pero no podemos parar.
Desarrollar la auto observación y conectar con lo que yo quiero
Ese flujo de pensamientos disparados, que va de un tema a otro sin concluir ninguno, es de las primeras cosas de las que tomo conciencia cuando estoy en meditación. “Si, tengo la típica “mente de mono” que va saltando y gritando de un pensamiento a otro, sin control: de las lentejas que haré al mediodía, a porqué no me llamó el otro día mi hermana, al informe que tengo que entregar la semana que viene…”.
Cuando estoy en meditación, aprendo a no luchar con esos pensamientos, sino a dejarlos pasar… a retirar mi atención del diálogo para ponerlo en el cuerpo. Aprendo a oírlos y a verlos sin realmente creerlos, y al hacerlo aprendo a escucharme a mí misma desde una postura de observador no implicado. Desde esta posición perceptiva, desde la tercera persona, puedo decidir si quiero seguir, si es verdad, si me sienta bien…y si no es así puedo decidir poner mi atención en algo que me siente bien y que me interesa más, en el sonido de la brisa, en la conversación que estoy teniendo y de la que no me estoy enterando de nada, en el maravilloso día que hace hoy, etc.
Sólo si aprendo a observarme sin engancharme en las emociones, puedo decidir cambiar de registro mi percepción.
Elegir como me quiero sentir
En esta parte del proceso de aprendizaje que la meditación supone, cuando ya he aprendido a observar mis pensamientos y no tragármelos…tenemos alrededor de 650.000 pensamientos al dia!!! De los cuáles, te aseguro, que son útiles muy, muy pocos.
Puedo también decidir cambiar mis pensamientos, y elegir conscientemente pensar en aquello que me hace sentir bien… puedo estar en la vida desde esta posición de observadora desde la cual experimento la vida con ecuanimidad, neutralidad y calma desapegada… o también puedo activar emociones positivas como el amor, la alegría o el agradecimiento desde mi conexión con el cuerpo, ya que es algo que he practicado y aprendido a través de la meditación guiada.
Eso no significa que nunca más me voy a sentir mal, sino que significa que soy capaz de regular cómo me siento, tomar lo que necesito aprender de cada situación, y decidir que quiero pensar y cómo me quiero sentir acerca de eso.
Ser emocionalmente independiente
En el momento en el que yo elijo mis emociones, dejo de estar a merced de los acontecimientos: del tráfico, de las conversaciones, de las personas con las que me encuentro… Diferencio claramente lo que yo pienso y siento, de lo que piensan y sienten los demás, así que no cojo aquello que no es mío… dejo de interpretar las acciones de los demás en relación a mí, dejo de interpretar las cosas cotidianas como un problema a resolver, dejo de interpretar… es decir, de hacer un diálogo mental de todo lo que pasa para simplemente vivirlo.
Y eso me da espacio para la alegría, para la risa y el juego de vivir como cuando era una niña. Estando, experimentando… oliendo las fresas del súper, escuchando las conversaciones (no sólo oyendo) de las personas que están a mi lado, observando la bonita luz del dia, riendo al sacarle la lengua al bebé del cochecito de la cola de al lado…
Siendo feliz tan sólo con eso… gracias a un ratito diario de meditación.
Transforma tu Estrés en Emociones Positivas
Si esa voz interior te está carcomiendo la cabeza bastante seguido y no encuentras la forma de manejar la situación, te estresa y te llena de insatisfacción, yo puedo ayudarte.
Actualmente estoy impartiendo el curso en Ibiza denominado «Transforma tu Estrés en Emociones Positivas» para ayudar a las personas a ser felices controlando los pensamientos para elegir pensar de otra manera. Estoy 100% segura que, si estás leyendo este artículo, estás atravesando por una situación de la que quieres salir y no encuentras la manera de hacerlo.
Date el permiso de ser feliz. Inscríbete en mi curso y comienza a vivir de otra manera. Elige tú misma, tú mismo, como quieres vivir de ahora en adelante!